lunes, 20 de febrero de 2012

Fantaseo con mi esposa teniendo sexo con otros hombres

Siguiendo con los artículos serios sobre la temática de infidelidad, me permito compartir esta traducción de un artículo originalmente publicado aquí: http://kinseyconfidential.org/fantastize-wife-sex-men.


Es la respuesta que una doctora en sexología da a un atribulado marido que confiesa: "fantaseo con mi esposa teniendo sexo con otros hombres".



Q & A: Fantaseo con mi esposa tiendo sexo con otros hombres 
Por la Dra. Debby Herbenick (M.P.H., Ph.D.) 
Publicado el 27 de mayo del 2010






PREGUNTA: ¿fantasear con mi esposa teniendo relaciones sexuales con otros hombres es considerado anormal, inmoral o desleal? No se lo he dicho por miedo de hacerle daño y perderla.


Hombres y mujeres fantasean con situaciones diversas y particulares. Algunas personas, como tú, fantasean con su pareja teniendo relaciones sexuales con otra persona. 

Tales fantasías sexuales pueden implicar tríos o un mayor número de personas involucradas en el sexo en grupo u orgías. Otras veces, las personas fantasean acerca de su pareja teniendo relaciones sexuales con otra persona - ya sea ellas viendo el acto, en privado o imaginando que su pareja le es infiel. A veces, incluso, la gente encuentra particularmente excitante incitar a su pareja a tener relaciones sexuales con otra persona.

Las fantasías de este tipo no necesariamente le hacen anormal o desleal a su esposa. La gente tiene diferentes ideas sobre lo que está mal o no, para sí o para su relación. Muchas personas a menudo encuentran que sus fantasías pueden cambiar durante el curso de sus relaciones o su vida. Sólo porque usted tiene estas fantasías ahora no significa que siempre las tendrá.

Ya no puedo soportar este sentimiento

También se da el caso de que cuando la gente trata de dejar de pensar en algo, el pensamiento o la fantasía puede llegar a hacerse aún más importante y convertirse en una especie de obsesión. Usted podría considerar darse permiso para experimentar e, incluso, disfrutar de su fantasía. 

Cuckold

Fantasías como la que usted describe - en la que un hombre sueña con que su esposa tenga relaciones con otro hombre - se suele llamar fantasía "cuckold" o fantasía "hotwife". A pesar de que probablemente han existido desde hace muchas generaciones, en los años más recientes estas fantasías están siendo cada vez más discutidas abiertamente.

Los pensamientos se hacen realidad 

Platicarle o no su fantasía a su esposa es su decisión, aunque es usual que las personas mantengan algunos de sus pensamientos o fantasías sexuales para sí mismos. Sin embargo, algunas parejas disfrutan compartiendo sus fantasías entre sí. El hecho de que dos personas disfruten o se sientan excitadas por compartir fantasías o juegos de rol, no significa que quieran participar en la fantasía en la vida real. Si su esposa está dispuesta a escuchar acerca de su fantasía, podrían intentar juegos de rol, hablar durante el sexo o usar un juguete sexual, como un consolador, como si ella estuviera teniendo relaciones sexuales con otro hombre.

Más información 

Usted y su esposa también puede disfrutar explorando una serie de fantasías sexuales juntos. "Best American Erotica 2008", editado por Susie Bright, incluye un cuento llamado "Playing Doctor", relacionado con los cuernos consentidos. 

Además, "Insatiable Wives: Women who Stray and the Men Who Love Them" de David Ley, destaca entrevistas con parejas que participan en el llamado "fenómeno hotwife".

La Dra. Debby Herbenick (M.P.H., Ph.D.) es una educadora de salud sexual en el Instituto Kinsey, Directora Asociado del Centro para la Promoción de la Salud Sexual en la Universidad de Indiana y autora de "Because It Feels Good: A Woman's Guide to Sexual Pleasure and Satisfaction." .

martes, 14 de febrero de 2012

Sexo al alba


Me topé con este artículo que me pidió a gritos ser copiado y pegado aquí. Habla sobre esta realidad que cualquiera que se asome un poco al tema puede ver: somos "infieles" por naturaleza.

Me da mucho gusto que este tipo de temas se toquen en especios "convencionales". Como que ya es hora de que ciertas realidades evidentes salgan del closet y estén a la vista de todo el mundo.



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http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=15&idTitulo=147872

Sergio Sarmiento
Jaque Mate

“Tus hijos no son tus hijos; son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.”
Gibrán Jalil Gibrán

Nos han dicho insistentemente que los humanos somos monógamos: quizá los hombres se descarrían, pero la fidelidad de las mujeres mantiene el matrimonio que es parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, Christopher Ryan y Cacilda Jethá nos dicen en su libro Sex at Dawn (Sexo al alba; 2010, Harpers Collins) que esta idea es falsa. Los seres humanos –hombres y mujeres— somos tan promiscuos como los bonobos, nuestros parientes más cercanos.
El Homo sapiens se separó de la línea evolutiva de bonobos y chimpancés hace apenas 5 millones de años; durante un millón de años hubo probablemente intercambios sexuales entre las distintas especies. Nuestro ADN es diferente sólo en 1.6 por ciento del de bonobos y chimpancés. En contraste los orangutanes se separaron de la línea común hace 16 millones de años.
Tanto los bonobos como los chimpancés son marcadamente promiscuos. Sus hembras copulan con todos los machos del grupo y también con los de otras comunidades. Esto genera competencia entre espermas distintos y permite que el más fuerte fecunde a la hembra. El intercambio sexual con otros grupos trae nuevos genes a la comunidad.
A pesar de nuestra cercanía con estas especies, muchos investigadores han sostenido que los seres humanos somos monógamos. Charles Darwin argumentaba que las hembras humanas, en particular, son más reticentes que los hombres a la actividad sexual. Ryan y Jethá afirman, sin embargo, que la reticencia femenina es cultural y no biológica.
Ningún primate que viva en grupos es monógamo. Los únicos primates monógamos habitan en copas de árboles y en familias aisladas. Sólo 3 por ciento de los mamíferos, por otra parte, son monógamos.
El adulterio ha sido documentado en todas las sociedades humanas y hoy es la principal causa de divorcio. Los brutales castigos a las adúlteras —ya que la conducta es tolerada en los hombres— sugieren que la fidelidad no es natural sino un comportamiento impuesto por la sociedad.
Tras analizar la información disponible sobre sociedades primitivas y grupos contemporáneos recolectores, Ryan y Jethá concluyen que los seres humanos somos naturalmente tan promiscuos como los bonobos. Las comunidades primitivas compartían todo, desde alimentos hasta parejas sexuales. Los niños eran hijos de la comunidad y todos los miembros los protegían. No había siquiera una idea clara de que un acto sexual llevara al nacimiento de un hijo en particular.
La anatomía humana es típica de una especie promiscua. El pene es particularmente grande en comparación con el cuerpo. El glande está hecho para retirar semen de otros hombres e introducir el propio más profundamente. El hombre debe descansar después de un acto sexual, pero la mujer puede copular decenas de veces y, si no es agobiada por inhibiciones sociales, goza de múltiples orgasmos. La falta de variedad de la monogamia, además, reduce el deseo sexual.
La monogamia, según Ryan y Jethá, surge apenas hace unos 10 mil años en paralelo con la agricultura, que hace que algunos hombres concentren tierras y busquen asegurar que quienes las heredan sean realmente sus hijos. En el alba de la humanidad el sexo era más libre. Los autores añaden: “Al insistir en una visión ideal del matrimonio basada en una fidelidad sexual a una persona durante toda una vida, una visión que la mayoría de nosotros aprende que no es realista, invitamos un castigo sobre nosotros, sobre nuestras parejas y sobre nuestros hijos.”

Cuckold Survey 2018 - Preliminary Results

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